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Por cierto, como algunos políticos, algo hemos avanzado: antes pedían en el Falla la pena de muerte, y no eran pocos, y ahora la cadena perpetua. ¿Tol año de Carnaval? Hay que revisar las penas y las alegrías, y si la calle pide tropecientos días de concurso, tralará, raja Esperanza sin recato con una jartá de energía nuclear. No, gracias.
Los astutos chirigoteros de Santoña evocan el Cádiz del bastinazo y las singularidades estereotipadas, con gran habilidad: cuatro por cuatro en lugar del Doce, cuartetos de cinco, las anchoas o el llamado sexo oral, esto es Cádiz y aquí hay que practicar el sexo oral. Con lo que gusta aquí que canten sobre nuestras idiosincrasias e infraestructuras. Los cántabros, por cierto, cantan igual de finos y educaditos que los locutores de informativos de Teleteo, así que nada de rasgarnos las vestiduras, aquí mucha gente hace eses y no dan positivo ni de coña de Santoña. Humor con denominación de origen, se está perdiendo tó.
Por supuesto, los visitantes tienen de qué aprender y qué piedras no pisar. No es tan fácil. Ni siquiera los indígenas garantizan la risa o el sentimiento. El humor del equívoco del cuarteto del Morera pega fuerte en algunos golpes, se asientan los modelos de la modalidad, que nunca morirá pero quizá requiera un aldabonazo más. Depende, claro, del cristal y de la predisposición del público en cada instante. El Falla y sus satélites son muy susceptibles, como la rivalidad con Jerez, que Luis Ripoll define precisamente por bulerías, dando en la clave. No hay piques territorial, ni de estilos de vida; lo que hay es mucha envidia por ambas partes. Pecado capital y provincial. Bonita letra por Santiago y Santa María. Lo demás, pasión futbolera y mala leche.
Los elfos de Papá Noel, por sus partes, reclaman trabajo digno, se sienten explotados, como medio planeta, pero bordan su postal navideña, nobleza obliga, y conceden al Selu el premio del año pasado, por aclamación popular. De categoría la clase arremolinada, que luego echan a correr al Despojado, ponen en entredicho la calidad de los regalos y la virtualidad de los chinos y envuelven los paquetes con más destreza que algún innombrable dependiente independiente. Escuela taller para envolver regalos, ya.
Enero 10, Carnaval, Diario de Cádiz
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