El Cádiz ha perdido el juicio. Atracado en puerto de nadie, el Submarino espera órdenes. Bandera amarilla ondeando a duras penas. ¿Estarán los chavales en su sano juicio? El Cádiz firma a un psicólogo para la cantera, la noticia pasa casi desapercibida entre tanto fichaje estelar, tantos recursos a instancias superiores, tirando parriba que es gerundio, y tanta incertidumbre reinante. Como hay que empezar por abajo, el Cádiz requiere los servicios de un trabajador del espíritu, a ver si los chavales andan católicos de sus entendederas, quereres y sentires. Lo que hay que hacer es confiar en la cantera psicoanalítica y dejarse de monsergas, pero biern pensado, haría falta en Cádiz, a la voz de ya, un completo equipo de profesionales de la mente personal y social, psicólogos, psiquiatras, sociólogos de masas, cortadores de jamón serrano, gente abandonada a su suerte por las inmobiliarias, intermediarios entre el mundo y la pelota. Psicólogos para la directiva, psicólogos para el plantel técnico y, lo que es más importante, psicólogos para la afición, que se ha vuelto loca con la pérdida de tanto juicio sumarísimo, Hay argentinos de sobra para salir airoso del trance. No será fácil. A ver qué tratamiento necesita una directiva, un equipo, una afición que anteayer estaba en Segunda, A o B, y ahora, por hache o por be, ya no sabe dónde se encuentra su mano izquierda. El Submarino Boeticher ya no sabe si sube o si baja. Y el calendario Dinámico ya está en la calle, sálvese quien pueda, y no aparece el Cádiz. Pero en la play station del año pasado, en la categoría internacional, convocas a Polonia y salta Kosowski al campo. ¡No, por Dios, Kosowski no! Los psicólogos van a tener más trabajo de la cuenta.
Lo primero que un psicólogo debe tener en cuenta es la calidad y cantidad de la plantilla multiusos que el señor Muñoz ha configurado para este año, gente que lo mismo juega en Tercera que en la Champions de su barrio. Gente corriente, sin pamplinas en lo alto, que ya no tomará café por las tardes en la urbanización de lujo de la Bahía, sino en el Bar Estate Quieto Ya. Vivir en Cádiz, he ahí el dilema. Pues eso, que la primera prueba del algodón con la plantilla consiste en descubrir si los futbolistas sienten los colores. Los del año pasado dicen que no, no qué va, así que oscultemos a la plantilla, desde Casilla, campeón de Europa sin ese, hasta Acuña, ese crack mundial, que parece retornar como hijo pródigo, que no prodigio, con mejor cara y más confianza en sí mismo. Eso es lo que quiere el equipo de psicólogos del Cádiz, gente con dos cohone.
Al Submarino le esperan en la provincia, y en otras lindas poblaciones de la Piel de Toro, con los brazos abiertos. Ya verán el cachondeíto en El Puerto, San Fernando, Cuenca y Antequera. Antes era de Segunda, ahora del País de Nunca Jamás. Conil, Puerto Real, curita de humildad. De pronto prendes la tele y surge un aficionado amarillo, de esos que sienten los colores, y dice que el Cádiz está en Segunda B "entre comillas". Marqués de Comillas, problemón de situación geográfica, el Cádiz no sabe dónde está. Lo dicho: ha perdido el juicio. Pero ganará el juicio final, sin duda, el club se muestra cada vez más optimista, a medida que pierde juicios se muestra más optimista. ¡Socorro!
La solución se encuentra más cerca. Pongamos que el Cádiz sigue recurriendo hasta el infinito, porque se lo merece y porque le da la gana y porque aquí somos más chulos que nadie y jugamos en la categoría que nos sale del alma; pongamos que las apelaciones surten efecto en el 2014, dos años después de los grandes fastos del Bichentenario. Más vale tarde que nunca. Que nos den un vale. "Vale por un ascenso". Y listo, así el Submarino podrá retornar a las procelosas aguas cristalinas y algo morosas de ... Segunda B. ¿Otra vez en Segunda B? Un mal sueño, qué pesadilla de año. Y pensar que hace un par de años el Submarino sonreía por Primera. ¿O fue un espejismo?
Así que nada, menos tremendismos, menos dramatismos y al turrón. Paralizar la Liga era una quimera, volver a tirar el penalti de Alicante una gran carajotá, entre otras cosas porque Paz juega en el Hércules, no lo vaya a meter ahora. Hay que ser más inteligentes y acudir a la justicia más ordinaria con una carta bajo la manga, una cosita retroactiva. Si nos dan la razón, no ni ná, "vale por un ascenso". Y por quince litros de aceite de primera, caprichito andaluz.
De momento, a jorobarse y a escuchar atentamente a los psicólogos. Los abogados ya están pesaditos, que se den un bañito y no vuelvan durante un rato, que vaya tela cómo está la Justicia Humana. Aquí lo que hay es una mano negra. En los telediarios silencian la voz del Cádiz. Sale Ricardi de la cárcel, por una inusticia morrocotuda, sale el De Juana por la cara, y no dicen nada del Cádiz en la Primera, ni en la Segunda A primera edición. No hay derecho. Con lo que luchamos en Cádiz por nuestras cosas, ahí está Tabacalera, a punto de chapar, y Cádiz, claudicando, perdiendo la categoría.
Al final del topicazo, Cádiz por encima de todo, Cádiz hasta las trancas, Cádiz huyendo hacia adelante, Cádiz con menos memoria que un pentium de plastilina. Ya van por ahí hablando de proyectos, ilusiones, mentiras a medias y cobazos en do mayor. Toda la culpa, del trabajador, de ahí que los psicólogos comiencen por los becarios. El curso pasado pasó algo en el vestuario, ¿qué pasó en el vestuario?, y nadie se atreve a contarlo. ¿Y qué pasó en las oficinas? Eso no interesa, que esto es una empresa (privada) y está la cosa muy malita. "Vale por un ascenso". A canjear en el Carrefú.
Agosto 08, Submarino Amarillo (Diario de Cádiz)
domingo, 10 de agosto de 2008
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