Músicas de libertad. Bulerías inequívocas de Cádiz. "Con el ¡ay!/¡Caray! ¡Caray!/ mirusté qué fiesta va a haber en Cái./¿Luego? ... /la hambre que se va a pasar/¡ay!/¡Caray". Compases mayores de 1912, centenario de La Pepa, letra del pintor chiclanero Francisco De Llamé, al toque Juan Gandulla Habichuela, cantan "Los autómatas Magrín". Murga del siglo XX que giró por toda España durante una década, como Los Beatles del gran Enrique Villegas más de media centuria después. El investigador Javier Osuna, estudioso del flamenco y el carnaval entre otras muchas facetas, autor del libro "Cádiz, cuna de dos cantes", recuerda la existencia de dicha compañía de espectáculos, un híbrido del flamenco y las coplas que se estrenó en el cine Escudero. Osuna ha "mariscado" y seguido el rastro en la prensa de la época. Hasta Pericón, que contaba con once años, relataba con arte los números de la peculiar chirigota, que ya barruntaba el ruinazo posterior al Doce. Cuando los políticos iban por un lado y el pueblo por el otro. Hoy como ayer.
"En el Doce del siglo pasado, en Cádiz coincidían los mejores constructores de guitarras", apunta Osuna, un libro abierto. "Tal cantidad de maestros vivían aquí que causaba asombro entre propios y extraños", señala al estilo de los pregones de antaño. "La supremacía de los luthiers se traducía en dinastías como Guerra, Recio, Bonici o Pagés, cuyos instrumentos sitúan hoy a la vera de los Stradivarius. La escuela guitarrera de Cádiz no tenía rival". Pero sus ecos quedaron en el aire, en el limbo amnésico de la cuna de la libertad condicional. Osuna no entiende cómo Cádiz no alberga un espacio museístico donde se muestre la labor de los luthiers, se aprenda a construir guitarras o se difunda la música con mayúsculas. Por contra, en otros lugares, el ejemplo más cercano no va más allá de Sevilla, se compra una Santa Rufina de Velázquez para que el cuadro se quede en Sevilla. Aquí no se puja por las obras que nacieron en Cádiz". Aquí no se puja ni siquiera por la nostalgia del futuro. Del pasado ya veremos.
Al turrón. Como el Doce no sólo vivirá de fastos políticos, aprovechando que el río de la capitalidad cultural pasará por Cádiz, una y no más santo Tomás, Javier Osuna propone dos grandes museos, uno de ellos monográfico sobre el flamenco. "La relevancia del flamenco en el Cádiz de las Cortes se antoja fundamental. El diario El Conciso retrata las nuevas formas flamencas, la cachucha, la guaracha, el fandango, y tres días antes de la promulgación de la Constitución de Cádiz, el 16 de marzo, transcribe una cantiña popular que el redactor de turno escuchó por la calle, "aunque pongan en tu puerta cañones de artillería". Ramón Solís habla de las bombas del Trocadero a Santa María, hasta Camarón canta a la desgracia de esos días, "las letras son fedatarias de la época", cantes de tradición oral, que pasan de generación en generación. "El flamenco es como una magdalena en un café", ilustra Osuna. "El flamenco es la música más lista de la tierra, da picotazos por todos lados, de todas partes manga ideas, le vale todo, lo mete por vereda y lo hace suyo". Los tangos decimonónicos de Carnaval, procedentes de Cuba, se convierten así en tanguillos flamencos por derecho. "De las veinte granadas que Soult envía, se quedan diez y nueve en la Bahía, y la que llega, rompe vidrios y espanta a perros y viejas". Ya se sabe que los cañones de Napoleón carecían de la fuerza suficiente y las bombas que rimaban con tirabuzones y julandrones servían para hacerse unas mechas, extensiones o algo. De ahí el cachondeíto. "En caso contrario nos hubiéramos comido la historia con papas".
El segundo congreso que Osuna plantea se refiere a la reivindicación de Cádiz y los Puertos como motores del flamenco universal. Romances de transimisión instantánea, "de los que sabe tanto Luis Suárez", el esplendor de los luthiers, una escuela de toque ... Osuna sueña con un Doce que suene a Cádiz y a ultramar. Y pregunta en voz alta "¿qué pasaba en el Carnaval de 1812?". Otro congreso. "Tenemos una oportunidad única para descubrir, discutir, profundizar en los interrogantes de la época. Había bailes de máscaras, pero la prensa apenas contaba otros aspectos de la fiesta. Había bailes en las casas de la burguesía, pero podemos conocer mucho más. Y sentar las bases del conocimiento cultural". Y mostrar a los niños el camino.
A vueltas con el Museo del Carnaval, tantas veces proyectado y que sigue sin cristalizar, Osuna denuncia la torpeza y lentitud de la clase política gaditana. "No hay voluntad para sacar el proyecto adelante. La singularidad del Carnaval gaditano es patente. No hay un certamen musical en Europa con más de cien años de vida y con la duración y participación del concurso del Falla. No nos damos cuenta de lo que tenemos. Esa riqueza musical, la huella que ha dejado, la riqueza antropológica de los libretos ... "Suspira Osuna y recuerda que el director del Archivo Municipal, Javier Reina, fue el primero que propuso la creación del Museo del Carnaval, en el primer seminario celebrado en 1983. La idea ha dado más vueltas que un trompo. Valdivia y Martínez Ares la pusieron en marcha cuando desembarcaron en la asociación de autores. Pasó el viento.
Para el también periodista y productor de Canal Sur, experto en folklore y en pescaíto de la tierra, las posibilidades del Doce carecen de fronteras. Osuna se muestra, asimismo, optimista con respecto a la declaración del flamenco como patriomonio de la Humanidad, considera que Cádiz, aspirante al mismo título de Puertatierra adentro, vive sin vivir si no disfruta de un centro de documentación sobre flamenco y otros menesteres suyos tan particulares y culturales. Investigación, difusión. "Lo demás, un camelo". Aboga por el flamenco "entrando a saco" en la Universidad. "Si fascina al mundo, el mundo no debe estar equivocado". Recuerda que el el flamenco estuvo antes que el Carnaval, aunque valora, por ejemplo, el cuarto de siglo de congresos carnavalescos, que han ampliado miras y abierto caminos.
Allende los mares, en la América linda, no olvidan los cantes de ida y vuelta. Osuna remarca la influencia del tango gaditano en el tango argentino. "Más quisiera Cádiz tener las academias, los expertos, comités científicos y centros de divulgación con que cuenta el tango porteño, cuyo padre, Ángel Gregorio Villoldo, grabó una copla de Los Abanicos de 1897, de Antonio Rodríguez, Tío de la Tiza, precisamente el tango sobre la bicicleta". Canta Osuna parte de la copla e ironiza sobre el río de la Plata, "el tío la adaptó con arte, cambió el parque Genovés por Palermo, etc." Corrían vientos de ida y vuelta, la emigración, "embarcaban los ritmos, los tonos, los tiempos musicales y los acentos". Y los dimes y diretes. Por algo en Argentina mencionan a las pibas y en Cuba amenazan con "dar una mascá".
Pío Baroja, de vuelta a la madre patria, odiaba el flamenco pero moría por los tangos de Cádiz. Los menciona en el Árbol de la Ciencia. Cita al Tío de la Tiza. Osuna no pierde de vista que el 19 de agosto de 1912 nació el Tío de la Tiza, padre del Carnaval gaditano. Otro centenario. Otro congreso. Ya estamos liados. "Quiero montar unas jornadas sobre su figura, piedra angular de la fiesta". Osuna no para. Hasta que no encuentre a Los Mohosos no parará.
"El Doce se irá, hay que procurar que deje sedimento cultural. Hay tiempo". Osuna luchará por sus ideas. En el Carnaval del Doce "tendremos doceañistas metidos en vena, como nos hartamos de indios en el 92". De "los repertorios anestesiados", las botellonas, el fanatismo y otras cuestiones no quiere hablar. Pa qué. Prefiere recordar las coplas de los Liberales de 1800 o de Cañamaque sobre el retraso del monumento a las Cortes. ¿Retrasos en Cádiz? Anda ya ...
Noviembre 09, Diario de Cádiz
sábado, 28 de noviembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Desde mi más profundo escepticismo doceañero, no llegaremos a todo...ni falta que hace porque si no ¿qué hacemos en el 13? Quizá nos quedemos con "Cambalache", el de la otra orilla, aunque sea del siglo XX. Por eso me hubiera gustado que hablaras de lo que no has querido hacer, como de los "anestesiados" (abundan), los "fanatismos" (sobran). Excelente conjunción la de Enrique y Javier, amigos queridos.
ahí llevas razón, eso es que están dejando casi tó pal Trece ... en verdad Javi Osuna y el menda hablamos de flamenco, carnaval y su difusión en el Doce, por eso reseñé al final que apenas quiso entrar en detalles que mencionó pero no ampliamos quizá por conceder más importancia a lo anterior ... hablando con Osuna se aprende tela, salud !!
Claro que si Enrique, con Javier se aprende y mucho. Al menos yo tuve ese lujo de su complicidad y la oportunidad y escuchar mil historias...El resto pa el TRECE que siendo un poco supersticiosa ojalá con caiga en viernes...aunque alguno habrá...
Publicar un comentario