"El Bicentenario es una oportunidad que ofrece el calendario, y no nace fruto del empeño colectivo, sino de las manías del mundo occidental por celebrar efemérides, así que el azar nos brinda la ocasión de mejorar los equipamientos de Cádiz y la Bahía y de divulgar los valores de la Constitución de 1812", sostiene Santiago, quien recuerda que "no sólo los políticos se abandonaron al tiempo que quedaba por delante, también los ciudadanos, que no forzaron la marcha en el momento en que había que elaborar proyectos, discutir sus contenidos, buscar rercursos económicos y agilizar inversiones comprometidas". Aun así, remarca, "el Bicentenario será mucho mejor que el Centenario. La Asociación de la Prensa se involucró también en la tarea de 1912, se enviaron comisiones rogatorias a Madrid, pero todo fue mucho más endeble. España vivía la crisis de la pérdida de las colonias, ahora posee otro papel en el mundo. El Centenario trajo muchas placas para el Oratorio y comenzaron las obras del monumento a Las Cortes. Poco más. No tuvo la repercusión que parece que va a gozar el Bicentenario, que será relevante pero más reducido de lo que soñábamos hace una década".
Santiago rebobina sueños pretéritos. "Pensábamos en el Trece de Cádiz, una ciudad ahora vinculada al humor, la ciudad que sonríe, en lugar de convertirse en la ciudad de la libertad, concepto unido a América y Europa por siempre". No en vano, diez años atrás, Santiago encabezó "la vuelta a Cádiz en 80 mundos", un viaje documental por las ciudades del planeta relacionadas con Cádiz desde hace siglos, incluidas las Cádiz de otros continentes. "Satisface que ahora los políticos quieran perder un poco de caspa y comprueben que hay vida inteligente más allá de Puertatierra, como dice el gran Téllez. Cádiz, que siempre había sido una ciudad abierta al mundo, se había cerrado en sí misma. Me revientan las tonterías antigaditanas. No hay nada más gaditano que un apellido genovés, escocés o bretón. Detesto el punto cateto que lo reduce casi todo a una bufanda del Cádiz en un crucero. Añoro la ciudad cosmopolita que tenía periódicos y teatros, donde se hablaba en tres o cuatro idiomas, la ciudad de O'Higgins, Rivadavia, Alberti, Falla, Cabeza de Vaca y tantos otros".
Más tiempo, menos tiempo. Entiende el periodista gaditano que en la etapa crucial para organizar el Bicentenario "no hubo arrestos para cerrar el círculo, cien capillitas bloquearon el proyecto fundamental del Oratorio de San Felipe, que iba a ser el gran dentro de las libertades, una significativa y potente herramienta para el futuro, podrían haber convivido el colegio, el museo, como tiene Málaga un Museo a Picasso, y la actividad religiosa, el auditorio y otros elementos". Santiago también se muestra crítico con el proyecto del Castillo de San Sebastián. "Si de mí dependiera, en lugar de utilizar el Castillo como eje de la conmemoración, alquilaría o pondría en marcha quince o veinte palacios para transformarlos en pabellones, de tal forma que el casco histórico fuera el núcleo del Bicentenario, más interesante que irse al otro extremo de la ciudad a través de una obra en el Castillo más compleja que útil. Veo muy complicado lo del muelle, la ampliación de los accesos y hasta los usos del Castillo tras el Doce".
De vuelta a Cádiz por el mundo, Fernando recuerda con orgullo: "He llevado cartas de Teófila a lugares de América que ahora se hermanan con Cádiz". Mira tú qué cosa más curiosa, el rebelde impenitente llevando cartas de su majestad la señora de los mares. La vida te da sorpresas, la vida de Santiago encierra otros asuntos poco conocidos. Santiago fue directivo del Cádiz, perteneció al Consejo de Administración en el 93, funesta época por cierto para el Submarino, cuando el Ayuntamiento tomó las riendas del club a pique de un repique. "Sí, la etapa de Garófano, cuando bajó a Segunda". Carne picá para el anónimo criticón. "Me alegro de las victorias del Cádiz, pero no soy capillita, ni cadista, me pone enfermo el fanatismo que va contra el espíritu de Cádiz, siempre corrosivo, escéptico. Así era Cádiz. Con la Semana Santa y el fútbol entró el fanatismo. Y también con el Carnaval". Con el triángulo gadita hemos topado. Y con el derrotismo que Santiago, casi siempre en contramano, defiende como arma defensiva. "Cádiz vivió de pleno el romanticismo, el modernismo, y el poso cultural daba distancia, el derrotismo es una forma de escepticismo compatible con la actividad diaria. La coherencia tiene un punto hitleriano temible". La duda es bella. Santiago, que se presentó en dos ocasiones a la Alcaldía, y que admite que fue "excesivamente cruel con Carlos Díaz", rebobina para denunciar que los fondos de Andalucía 92, inversiones en barbecho que aún duermen el sueño de los injustos, aún afectan al Museo del Mar y a la Ciudad del Mar. Ná de ná.
El irónico, feroz y atribulado columnista se asoma a la esquina del tiempo con el tiempo justo para expresar: "Escribo lo que pienso, no me detengo a contemporizar porque no tengo que pedir el voto a nadie. Digo lo que quiero, evitando querellas y que no me partan la cabeza, si acaso. Bueno, a veces casi me la parten. recuerdo el percance de Delphi. No me arrepiento. Ni de los artículos sobre Jerez, hace tiempo que no me paso por la hermosa ciudad vecina, me da igual lo que piensen o digan, la presidenta de la Prensa de Jerez sí que entiende el punto provocador de mis textos y nos reímos mucho. Yo procuro divertirme e intento que el lector lo pase bien o se interese por el artículo". Algunos se mosquean mucho, "hay gente que se escandaliza de forma muy fácil". Entre ellos, los daminficados o cabreados por los columnazos de Santiago, pertenecen a la categoría de "haciendo amigos". El tiempo pasa.
Noviembre 09, Diario de Cádiz
La foto es de Julio González
8 comentarios:
Entre el entrevistado y el entrevistador conjugan un espléndido cóctel guerrero...en el buen sentido, o sea, no alcohólico (por Fernando)y pacífico (por Enrique)
De la foto de Julio..ni hablar...Y hasta la APC la podría premiar ¿verdad Fernando?
Gracias, muchas, por esta página de El Diario que me ha alegrado este día griposo.
ESte es el mismo Fernando Santiago que huyo de IU para seguir acomodado al sillon con su hermana y el tal Ortuño?O es otro distinto?
Es este el mismo que siempre se las ha arreglado para navegar a favor de obra sea cuales sean las condiciones de la marea que venia?
Es este el que huye de topicos gaditas?Otro de los adoradores de las excelencias del regimen asesino de Cuba?Apañados vamos
¡Qué pena de ANÓNIMO 17.40! Está perdido, pero eso sí, arropado en el anonimato. ¡Qué fácil! o mejor, ¡Qué cobarde!
la pregunta cierta es:
Es verdad o mentira lo dicho?
bienvenida al blog, Selva, y muchas gracias por tus palabras !!
y cuídate mucho de la gripe. Tienes razón gran foto de Julio González, que retrata perfectamente al personaje e incluso los días que vivimos. Y gracias también por tu respuesta, me ahorraste decirle algo al anónimo. Un beso !!
Nada que agradecer, Enrique. Ya te visitaré más a menudo porque me encanta tu perfil periodístico. Pero ya sabes, siempre con mi nombre. Me repugna el anonimato. Te he agregado a mis favoritos y ya nos seguiremos encontrando. Otro beso (y de paso uno a Fernando).
PD: La gripe parece ya pasada, o eso espero.
Yo me perdí 20 años de Cádiz y su historia política municipal, pues estaba en otras guerras fuera de la ciudad. Así que ahora estoy deseando enterarme de cosas; pero a tí, Alcina, nunca he dejado de leerte.
sigo esperando respuesta:Verdsadero o falso el cambio de chaqueta del amigo?
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