Debe ser el ruido de fondo. Gritan para vencer al desatino, pa mí que nadie los escucha, pero los locos locutores, como el jartible de Canal Pluf, suben la voz, parecen histéricos, radian el partido en la tele, relatan lo evidente, comentan lo impresentable, se les ve el plumero merengue, no aprenden ni a tiros, imitan a los narradores argentinos, cual simuladores, sin el arte necesario. Carecen de talento, pero imponen su ley, claro, a base de tópicos en la tierra de reyes tuertos y vasallos ciegos de cubatas de la mañana a la noche. El partido del siglo que viene, enga ya ...
El partido del siglo se juega mañana, cuando callen estos mequetrefes y la realidad dispute el puto último derbi, dejen la pasión para el viernes santo, y las mentiras, pal telediario. No chilles, pisha.
Es curioso, hoy los jefes hacen de todo: hablan, actúan, limpian los cuartobaños, y sólo permiten comer migajas a los indios. El mismo locutor de esta tarde hablaba bajito hace unos años. Sintomático.
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