miércoles, 3 de marzo de 2010

Chano Domínguez da gracias a la vida

Chano da gracias a la vida. "Por eso toco la canción de Violeta Parra, para dar gracias a la vida. No puedo quejarme; hago lo que me gusta y me va bien. Como siempre he sido un culo inquieto, desde chico, con los años necesito estímulos a mi carrera, moverme por lugares diferentes". De ahí la versatilidad y fértil creatividad del músico gaditano, que vuelve a su tierra para escenificar el Café de Chinitas junto al Ballet Nacional, singular espectáculo vinculado a la poesía de Lorca, la obra de Dalí, la tradición y la modernidad. Pero Chano tiene más cosas que contar y que tocar, entre ellas su retorno al cuarteto flamenco adaptando piezas clásicas españolas y la grabación en directo, en Nueva York, del mítico álbum Kind of Blue, de Miles Davis, con acento andaluz. El prestigioso pianista continúa abriendo sendas en Europa y América, y viviendo el día a día entre dos aguas, entre Barcelona y Madrid. "Si estoy en Barcelona, donde vivo, me chufleo del Barsa, y si bajo a la capital me río del Madrid. Hay que reírse de (casi) todo".
Chano acaba de mezclar su nuevo disco, otra vuelta de tuerca que "no tiene nada que ver con el anterior, que enfocamos, con banda eléctrica, al new flamenco sound. Vuelvo al cuarteto de flamenco, con percusión, cante y baile, recuperando y adaptando composiciones clásicas españolas, se trata de defender el legado de la música española". La música callada de Mompou, el fuego fatuo o el amor brujo de Falla, la danza andaluza de Granados o la suite Iberia de Albéniz. Versiones libres bajo la inspiración de un músico intuitivo de largo recorrido. "Nuevos enfoques flamencos, música muy directa, música viva. Estoy encantado con la experiencia", confiesa, no sin antes desvelar otra experiencia de postín.
Por encargo del Festival de Jazz de Barcelona, Chano ha interpretado en directo, en el Jazz Standard de Nueva York el legendario álbum de Miles Davis, que cumple medio siglo de vida, Kind of Blue, el nacimiento del jazz moderno. "Hago una relectura del clásico en clave flamenca, a bordo de un quinteto, también con baile y cante. Siempre admiré a los grandes del jazz como Miles Davis, claro. Puede que el disco se publique a través de Blue Note", sello emblemático crucial en la historia del jazz. "Mi manera de entender la música es muy particular", apunta el pianista. "Al escuchar una melodía la reconduzco del tirón por otros ritmos y palos, la oigo en clave flamenca. El concierto por Davis lo grabamos de forma muy natural, como si fuese una jam session, sin grandes arreglos orquestales". Con la naturalidad de quien transforma lo complejo en sencillo. Puro arte accidental.
Aquí y ahora, Café Chinitas, la revisión de "una obra espectacular, plena de luz y escenografía". "Ya colaboré con Ana Belén poniendo mi granito de arena al cancionero popular de García Lorca, pero Café de Chinitas es mucho más", indica con respecto a la obra estrenada en Nueva York en 2004 y cuya envergadura sólo ha hecho posible su puesta en escena en escasos y contados lugares. Mucho más que un café cantante malagueño, ya desparecido, que también ejerció de imán de la "mala vida" y de vehículo de expresión de grandes cantaores como Manolo Caracol, Juanito Valderrama o Canalejas de Puerto Real. Café de Chinitas significa ahora restaurante, película y muchas cosas más, entre ellas un espectáculo del Ballet Nacional con coreografía de José Antonio, profundidad, sencillez y exuberancia a partes iguales. El poder de un poema de Lorca. "En el Café de Chinitas/ dijo Paquiro a su hermano/ soy más valiente que tú/más torero y más gitano".
La experiencia única del Café de Chinitas se completa con la participación de Esperanza Fernández al cante, sevillana con un duende muy especial que junto a Chano renuevan el espectáculo cada noche. Nunca suena igual. Y Esperanza no es la Argentinita, ni aspira a emularla, pero posee un maravilloso don que el propio José Antonio elogia.
"Habrá baile, cante, un grupo eléctrico y la coreografía del Ballet Nacional. Lorca y Dalí ejercen de hilo conductor, poesía en el aire y grandiosos cuadros de fondo. El público lo pasará muy bien, por la variedad y calidad del proyecto. Compases muy medidos, de acuerdo con el esqueleto de la obra, propician, en cambio, momentos de improvisación". Así son las adaptaciones libres, en el más amplio sentido del término, la recreación de parte de la música recopilada por Federico García Lorca se da la mano con la mirada abstracta y surrealista de Salvador Dalí. Artistas muy próximos, geniales y precursores que el Ballet Nacional y Chano enriquecen con su talento. "Hablamos de un proyecto muy complejo, por algo se escenifica de forma esporádica, con música en directo, proyecciones, lienzos que suben y bajan, objetos que cobran vida ..."
Horas antes de esta conversación, Chano protagonizaba una clase magistral en el Instituto Cervantes de Madrid que derivó en acontecimiento extraordinario para todos los públicos. "Ha venido tanta gente que tuvimos que cambiar el formato sobre la marcha, se quedaron más de cien personas en la calle y me obligaron, como quien dice, a tocar, así que me callé la boca y toqué", bromea. Fandangos, bulerías y soleás, la luz de Cádiz y la magia del jazz. Qué mejor lección magistral. La música hablada existe, pero la callada también, y la expresividad de Chano al piano no tiene rival. El niño que aprendió a tocar en el lavadero de su casa, primero la guitarra y luego el piano, no para de trabajar, admite que se encuentra en un momento dulce de su vida, en el puente aéreo. "Últimamente vengo dos veces por semana a Madrid, El instituto Cervantes siempre cuenta conmigo para abrir cursos o teatros, ya lo hizo en Chicago, Estambul, París ..." La pasión por Chano Domínguez crece. "No me puedo quejar", insiste con humildad. "Hay un público muy agradecido en Madrid, Barcelona, Granada, Cádiz ..." Mapa emocional del piano de Chano, capaz de codearse con los monstruos del jazz internacional y con la larga tradición musical hispana, desde Paquito D'Rivera y Wynton Marsalis a la Calle 54 pasando por el mismo Café de Chinitas.
A la postre, el músico gaditano confiesa que está deseando escuchar el nuevo disco de sus ex compañeros de Cai, el grupo abanderado del rock andaluz donde debutó a los dieciocho años, antes de emprender nuevos mundos hasta convertirse en el pianista europeo por excelencia con estilo propio, universalidad con denominación de origen. "Tengo noticias del disco", el primero en estudio en casi treinta años, se llamará "Ocho metáforas de luz", "y cuando vaya a Cádiz los llamaré para reunirnos y conocer sus nuevas canciones. Qué buena noticia". Chano da gracias a la vida, buena noticia.
 
Marzo 10, Cultura, Diario de Cádiz

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