La vuelta a España de Zahara, la cantante de voz transparente que no se ajusta a clichés ni se somete al foco del triunfo fugaz, pasa esta noche por Cádiz (sala Supersonic). Ella no es de la Sierra, ni de los Atunes. "Nací en Úbeda, pasé seis años en Granada, pero ahora vivo en Barcelona". Nada que ver con la archiconocida historia de artista hijo de andaluces que se busca la vida en ciudades condales. "Me fui a Barcelona por amor", dice con rotundidad, la expresión queda grabada en las ondas planetarias. "Luego coincidió todo". Incrustó una canción en la mente de todos, gracias a la tele, gracias al ciclismo, y ya no para ni en las metas volantes. "No me va mal", apunta, siempre en movimiento. Recién llegada a Sevilla, donde cantaba anoche, Zahara sonríe al sol encapotado y da gracias los veinte grados de temperatura, llegó la primavera a su poderoso y luminoso estilo.
La hora del relevo generacional en tiempos de transición musical. Zahara no entiende de edades, suele ocurrir a su edad, ni considera que sea el instante preciso de que la generación del presente tome el testigo, no se toma las cosas tan a la tremenda. "Cada vez hay más cantantes y grupos en la escena, gente que se prepara mejor. Poco a poco. Es bueno que los grupos toquen mucho en directo y que evolucionen sobre la marcha hasta consolidarse. Yo tengo 26 años y otros compañeros de oficio ya van por los 35, como comentaba el otro día a un amigo. La música es una carrera como otra cualquiera, donde se necesita la constancia, el trabajo y la humildad", virtudes tan escasas como el sentido común que esta mujer pone de manifiesto al hablar del entorno musical. "Siguen dándose ejemplos de triunfos de la noche a la mañana, pero yo confío más en el esfuerzo, en el trabajo y en el tiempo".
Lejos del jardín de flores de un día, a su aire, Zahara admite que la banda sonora de la Vuelta Ciclista la situó en plena "sobreexposición mediática", de la que no reniega, pero enfatiza que "si me hubiera quedado ahí, mala señal; aproveché la oportunidad de darme a conocer a gente que no tendría acceso a mi música, y luego me empeñé en demostrar que hay vida más allá de ese momento de llamar la atención. Ahora todo es muy interesante", sintetiza la artista de gustos eclécticos y notable talento. "La variedad abre la mente, me gustan músicas diferentes, rock, pop, españoles, aunque en otros momentos de mi vida he escuchado mucho jazz, metal, etc". Ahora que casi nadie escucha, Zahara procura mantenerse informada, actualzada, como se dice ahora, empleando las herramientas disponibles, no en vano ella se asomó al escaparate musical a través de su myspace, Zahara conoce el poder de las redes sociales desde hace unos cuantos años, así que cuenta con su propio medio de comunicación: "Es la mejor manera de tener acceso a lo que se hace por ahí. Yo comencé a cantar sin apoyos discográficos, por mi cuenta y riesgo, y a través de myspace se logra el contacto directo con la gente, me gusta estrechar los vínculos que se generan en los conciertos". Y recuerda "pelotazos" de myyspace como los Arctic Monkeys, que llegaron a quebrar las marcas registradas por los mismísimos Beatles al despachar un montón de copias de sus primeros trabajos a velocidad del rayo. Su éxito parece ahora más calmado, pero salieron de la madriguera. "En myspace he alcanzado un millón cuatrocientos mil visitantes", dice contenta. "Se trata de gestionar y controlar la carrera de una". La libertad del creador, o algo así.
Zahara viene a Cádiz por primera vez con su banda, pero muchos la recuerdan como ganadora, un lustro atrás, del concurso de cantautores del café teatro Pay Pay, cuando arrebató el corazón de los presentes. "Me acuerdo como si fuera ayer. En Cádiz dejé muchos recuerdos y amistades como la de Paloma García", alma mater del Pay Pay, por cierto. "Nos vemos en Cádiz". La vuelta a Cádiz de Zahara, artista revelación del año.
Marzo 10, Cultura, Diario de Cádiz
sábado, 20 de marzo de 2010
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