Grande Chiquito, surrealista de la Calzada. Desvío de llamada, Cádiz-Madrid-Málaga. Al otro lado del teléfono, el inventor de nuevos lenguajes, chamán popular de la risa. "Hola, aquí el río Amazonas, parece que estamos rodeados o algo". Gregorio Sánchez Fernández vela armas en Málaga la Bella, como le gusta decir. "Qué pechá de agua, ha salido un poco el sol, aquí estamos todos con los bañadores en el bolsillo. Mañana voy pa Cádiz, qué arte hay en Cádiz, allí actué muchas veces cuando era chico y tenía el pelo ondulado; ahora lo tengo distraído. En Cádiz he cantado flamenco con muchos artistas de primera categoría, muchos de ellos desaparecidos, y en espectáculos antiguos, en esa época no había ni siquiera niños". Seguir el ritmo de Chiquito se antoja un milagro, el humorista piensa a la velocidad del torbellino y emplea todos sus recursos. A sus 78 años, exhibe más reflejos mentales que un jovencito desnortado. "Subo los escalones de un quinto piso dos o tres veces al día, en serio".
Chiquito de la Calzada, que hoy comparte los focos de la sala Anfiteatro con Joaquín Reyes, en insólita noche del humor intergeneracional, recuerda al Beni de Cádiz, "que en gloria esté", las fiestas particulares donde brilló con luz propia, Chano Lobato y tantos monstruos del cante, y sin que medie pregunta alguna --Chiquito capta las cuestiones al vuelo, algunas las coge y otras las deja fluir--, habla de Tokyo. "Allí estuve con José Mercé, Mariquilla, Farruco, Merche Esmeralda, pasando fatiguitas, entre terremotos diarios, saludando al mismo dos o tres veces, moviéndome más que los precios. Más de dos años estuve por Japón, nada más llegar se murió mi madre y no pude volver", evoca el artista, que estornuda con mucho arte. "Estoy resfriado, perdona, anda que estoy pa cantar una saeta", y continúa trazando imágenes al libre albedrío.
"¿Terremotos? Una cosa horrorosa. Una noche, al volver de actuar en Tokyo, llamé a Ricardo Veneno medio asustado, porque no veas, se movía el bloque solo. Y yo gritaba: ¡El terremoto, el terremoto! Y Ricardo, que volvía un poco puesto, me contestaba: "Vale, Chiquito, mañana escuchamos el disco". Tizas blancas para marcar la manga de cada chinito japonés, la cabeza agachá, sayonara, candemor ...
Fistros, pecadores, cobardes, hombres malos de la pradera, doctor Grijanmore, quietor, tedacuén, norrr, no puedo (bis), la caidita de Roma, te mataré en agosto, el trigo de Rodrigo, apétenau. La lista de palabras y expresiones acuñadas por el genial cómico pertenecen a la historia personal de media España, el nuevo lenguaje de los años noventa, precisamente de la anterior crisis económica. Vocablos insospechados que crearon escuela y modificaron la manera de hablar del españolito medio. "Lo mío es temperamento, este lenguaje nació en mí, en el aspecto diodenal, yo te hablo como si fuera un laboratorio, no me doy cuenta de lo que digo, a veces me dicen que cuento el mismo chiste de manera diferente. Por cierto, se interpela a sí mismo, me dio mucho orgullo y una alegría tremenda que una chirigota de Cádiz me imitase en el Falla, tó los tíos vestidos de Chiquito, qué arte".
Pasión por Chiquito. "Voy corriendo por la calle, como si me hubieran quitado el monedero, cuidadín, hay veces que me hago invisible, ya no me pongo peluca nunca más, me la puse una vez pa pasar desapercibido y me la quitaron en el aeropuerto de Barcelona. ¿Y los grupos de turistas? En Málaga le digo a mi mujer: tira pallá, Pepi, que nos siguen. Es broma, claro, me lo paso bien con los fans, me hago fotos, firmo autógrafos, yo no me enfado, sería un desprecio al público, los triunfos se deben al público". Chiquito recuerda la avalancha de gente, cierta tarde en Puerto Real; parecía uno de los Beatles. Y a renglón seguido habla de su carrera cinematográfica, él mismo se contesta, él mismo apura las frases con trepidación, amable y sandunguero: "Ya he hecho siete u ocho películas, mira tú. Hace poco rodé otra película que se estrenará pronto, no hice de protagonista esta vez pero saldré haciendo de guía turístico en Egipto, no me he dao más sustos en mi vida, le dije al director que podría haber llamado a Tarzán". Pa verlo. Todavía quedan entradas para esta noche.
"Está la cosa muy mal". Sin venir a cuento, o quizá todo lo contrario, Chiquito pronuncia la frase mágica, también de su cosecha. Viene al pelo. La popularizó durante los cuatro años de Genio y Figura, el programa televisivo que lo subió a los altares de la risa floja. Chiquito se acuerda de los gaditanos: Paz Padilla, Felipe Segundo, Manolo Mármol ... y considera que dicho espacio, ese momento preciso, "pasará a la historia, pegó muy fuerte en la gente, fue un tiempo loco, la gente se daba guantazos por ver el programa cada semana". Rinde tributo a Tomás Summers y, puro reflejo, vuelve al presente para agradecer los homenajes constantes, en concreto el programa Al Ataque. Chiquito valora cualquier detalle, una imitación, un concurso sobre su persona, un elogio a tiempo. Y los devuelve con naturalidad y su retahíla de chistes y golpes. La clave de Chiquito reside en la forma de contar los chistes, no en su desenlace. Consciente de ello, el artista asegura que nada está preparado, como en los trucos de prestidigitación. "Yo sudo los chistes, me muevo más que los precios, me falta la toalla y el bañador, empleo la mímica, improviso". Ahora mismo improvisa en torno a su propio personaje, y reflexiona sobre la crisis y la condición humana a petición del interlocutor, pero a su manera, claro. "El humor es muy necesario en tiempos de crisis y de fatiguitas, lo mejor pa quitar las penas a la gente, aunque algunos se ríen pa dentro pa no gastar. Es cierto, en este tiempo la gente anda cabreá, las criaturas lo están pasando fatal. Pero se arreglará", vaticina. "Se arreglará", reitera.
Ni que decir tiene que el artista maneja la entrevista a su antojo con asombrosa fluidez, pregunta al periodista por su edad, por su familia, apunta que a lo mejor lo conoce de algo, le dice que es un monstruo, le desea mucha suerte, contesta invariablemente "igualmente" cuando recibe parabienes o piropos. Y se marcha del Amazonas virtual con el bañador en la mano y la sonrisa puesta. "Hasta mañana, fenómeno".
"Joaquín Reyes tiene un arte extraordinario"
Chiquito habla de su compañero de escenario de esta noche, el impar Joaquín Reyes, "un tío extraordinario, un humorista de los pies a la cabeza". Recuerda cuando coincidieron en Huesca, primera experiencia de humor intergeneracional, y vaticina una noche de postín en el Anfiteatro gaditano. "Joaquín hace una cosa muy distinta a la mía, pero tiene mucha gracia. Es más serio que yo, en apariencia, pero su arte tiene muchos detalles y mucho 'áge'"
Ya se sabe que Joaquín Reyes pertenece a la nueva hornada de humoristas hispanos, integrados en Muchachada la Nuí, espacio televisivo que se emite en la 2 y que pronto pasará a la cadena Neox de Antena 3, tras el rutilante fichaje conocido días atrás. Reyes practica, de igual manera, el surrealismo personal e intransferible, pero con otras claves. La admiración parece mutua. Chiquito ha influido a mayores y pequeños, su ascendencia no tiene fin.
Marzo 10, Cultura, Diario de Cádiz
La ilustración es de Miguel Guillén
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