jueves, 20 de marzo de 2008

La invasión de las cotorras


Han venido para quedarse. Forman un escándalo horroroso. Se reproducen a velocidad de vértigo. Suponen un riesgo para las especies autóctonas. Son voraces y agresivas. Chiquititas pero matonas. Su aspecto alegre, colorista y exótico engaña de primeras. Ruidosas, gregarias, roedoras, veloces en su vuelo, las cotorras argentinas son capaces de hablar tan bien y con tanta propiedad como sus compatriotas humanos, aunque aún no alcanzan el nivel de Valdano. De hecho, ya pulula por la red un blog de cotorras argentinas. Y en Cádiz y su Bahía, campan por sus respetos, dan color al día y sonido a la noche. Los clientes del hotel Atlántico, sobre todo los que sufren insomnio o los que llegan estresaos perdidos, ya las conocen. Si no tenían bastante con los loros gaditanos, toma cotorras argentinas. Y, ¡ojo, Pepeblás!, no están empadronadas. Eso sí, el resto de especies, incluida la urbana, comienza a encabronarse. Las cotorras amenazan con sumarse a los acontecimientos del 2012, por la misma cara, colarse en la jaula del monumento a la Consti del 78 y dejar en pañales a estorninos y palomas. Con la de pájaros que hay en Cádiz.
El cambio climático las trae y las lleva, así como los incautos que las arribaron décadas atrás y las soltaron sin atenerse a las consecuencias. De la familia papagaya, aunque diferentes a loros o cacatúas, las cotorritas verdes con pecho gris, conocidas como myiopsitta monachus, se pueden ver ya en cantidades industriales por el entorno del parque Genovés, la plaza de Mina y otros enclaves naturales, las escasas zonas verdes gaditanas, y también se han instalado en otras poblaciones de la Bahía. En El Puerto de Santa María son ya legión, visiten el campo de golf de Vista Hermosa y alrededores. Expertos en la materia aseguran que las cotorras argentinas han invadido ciudades españolas como Barcelona, Cádiz, Madrid, Málaga, Valencia y Santa Cruz de Tenerife.
No sobrepasan los treinta centímetros de altura y pueden vivir hasta veinticinco años, bastante menos que sus hermanas las cacatúas, otras aves ornamentales de cuidado, afectuosas y de colorido plumaje. Las cotorras proceden de América del Sur. En Argentina y Chile ya han padecido sus efectos, con cuantiosas pérdidas en campos y cosechas a causa de su poder devastador. Millones de dólares al garete. Qué graciosas las cotorritas, ¿viste? Lejos de ser esos pajaritos simpáticos que niños y mayores cuidan y acompañan durante años, las cotorras asesinas, digo argentinas, ocultan aviesas intenciones. Nada que ver con los hermanos argentinos de ida y vuelta, claro, que tienen en Cádiz su casa, por mor de la fuerza de ultramar. Lástima que el autor del monumento a la Constitución de 1978, quizá presionado por ... las circunstancias, no haya mantenido su idea original, pues el pensador que ha sido sustituido por ese pajarraco era mismamente Lucas Lobos pidiendo a gritos un buen puchero. Y el globo terráqueo, un balón. Un pañuelo. Algún mal pensado ya desgrana chistes sobre argentinos, igual que ellos se chuflean de los gallegos, quizá con ribetes machistas ahora que una mujer se ha alzado con el poder en la República Argentina. Los loros "deben hasta de callarse". Aquí en Cadiz se practica más el estilo "por bajini", acaso más peligroso. Habla mal que algo queda.
En el acuario Gadir de la calle San José, que también funciona como pajarería, saben mucho de aves exóticas, lobos con piel de cordero. "No hay mucha variedad, lo que hay es una cantidad asombrosa de cotorras argentinas. Son pequeñas, pero fuertes y resistentes, y se adaptan de maravilla al clima suave de esta tierra. Ahora quizá se vean menos que hace unas semanas, porque ha llegado el frío del otoño, pero las cotorras soportan el tiempo, buscan árboles tropicales, se alimentan de frutos, flores y semillas, y desplazan a las que no son de su especie".
Las tiendas de animales no venden cotorras y demás, en líneas generales, aunque se despachan a precios desorbitantes en internet. Una cacatúa a tres mil dólares en la red, cariñosa y buena gente, capaz de arrancarse por Los Chunguitos y de darles sopas con ondas a los mejores octavillitas de Cádiz. Lo dicho: en la red pagan bien por las galeritas de moño amarillo. Y en Cádiz pagan el pato los vecinos de las zonas verdes, sin caer en la cuenta, acaso, que las cotorras son capaces de alterar el equilibro del sistema ecológico. Y parlotean más que Al Gore poniendo filminas. Si se cumplen los vaticinios y el verano se dilata hasta más allá de los seis meses al año, si no lo ha hecho ya, Doñana sería el reino de las cotorras, el sector turístico cantará por alegrías y la verdad incómoda quebrará tópicos y metáforas. Ya nadie hablará de loros y cacatúas viperinas, las mismas que llenan las esquinas de porfías, medias mentiras y cotilleos varios. Este asunto no lleva segundas. Ni segundas B.
Si las cacatúas nidifican en las cavidades de los árboles viejos, las cotorras construyen paritorios con ramitas de plantas espinosas. Tardan 26 días en incubar. Más que familias, poseen tribus que se mueven en bandadas, y demuestran que además de chillar una hartá, aportando su granito de arena en la insostenible contaminación acústica de este siglo, aprovechando el tiempo en otros menesteres. No paran, las joías. Y en lo mejor del querer, alguien da la vez y apunta la próxima estación. ¡Pájaros, a volar!
"Son escandalosas", agrega el propietario del acuario Gadir, que confirma la plaga de cotorras, la conquista de horizontes lejanos de una especie que recaló en la Península Ibérica a finales de los años setenta, en su condición de oriunda, y ya forma parte del paisaje y del ruido de fondo de este rincón de la Piel de Toro. Cuidado con las cotorras, son capaces de tomar la voz cantante en la capitalidad cultural y en la cumbre de jefes de estado de países iberoamericanos. Y no están empadronadas. Si por Rajoy fuera, las obligaría a suscribir un contrato especial para aves inmigrantes. "Prometo no dar el coñazo".
Noviembre 07, Crónicas urbanas (Diario de Cádiz)

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Rescate una cotorra de mis perros y gato que cayo en mi casa con las alas cortadas y no podia volar bien,hace dos meses, la tengo suelta en el jardin, y ahora me visitan todas las cotorras del barrio, cuando se ira che ?...