De aquí al 2013, la vida en vilo, trabajo a destajo, y el futuro en el limbo. Viene a esta tierra una quimera, la mar en libertad condicional. Más metafórica no la hay. El Vaporcito simboliza el bien de interés sentimental, el mal de amores, las luces y las sombras de la esquina del viento. Contra viento y marea. Siempre al capricho de los aires cambiantes de humor. Hoy, como ayer, el Vapor ata cabos, inspira y, como Cádiz, sonríe por no llorar. Y en contramano, en tiempos salvajes, une a las partes irreconciliables y es capaz de mirar al frente, al horizonte cercano. El Vapor es noticia estos días por haber firmado sendos contratos con el Ayuntamiento gaditano y la Diputación provincial, convenios de colaboración que garantizan varios años de tarea pero no la estabilidad. El primer jueves del mes de mayo se iniciarán los paseos con vistas al mar de 2012, los viajes del nuevo descubrimiento de Cádiz. Y con el solecito brillarán con luz propia, y con la fantástica luz de la Bahía, los recorridos triunfales que tanto encandilan al turista de toda edad y condición.
"Subvenciones no", matiza de primeras el gerente de la empresa que gestiona el Vapor, Andrés Fernández, miembro de la saga de gallegos que hace casi ochenta años emprendió la aventura de Adriano, la motonave que nunca fue a vapor pero que responderá siempre a la voz del Vapor, aligera que se va el Vapor. Cuidado con la cabeza. "Parece que las administraciones públicas se han dado cuenta de que una cosa son los servicios modernos y otros, los sistemas de comunicación tradicionales. El Vapor pertenece a las raíces de la Bahía y late en el corazón del turismo", certifica Fernández, que valora en su justa medida el apoyo mostrado por ambas instituciones a cambio de tan lindas prestaciones, pero remarca que "no son soluciones, tan sólo remiendos". Y aspira a lograr acuerdos de futuro como los barcos que en Galicia protagonizan el transporte fluvial turístico. No basta con declaraciones, pasodobles, ayuditas o parches. "Queremos consolidarnos en el turismo de paseo por la Bahía y soñamos con construir el Adriano IV".
Igualito que el Juan Sebastián Elcano, lo mismito que Iberia, el Vapor de El Puerto cumple ochenta años en este rincón de la Piel de Toro, aunque naciera en 1925 en el astillero de Mariños por mor de la audacia de un gallego emigrado a Cuba, Antonio Fernández. Navegó por la ría ferrolana hasta que fue reclamado por la Expo de Sevilla del 29. El primer Pepe el del Vapor se vino con toda la familia para cubrir el itinerario Sevilla-Sanlúcar, a través del Guadalquivir, y los Fernández se quedaron. La explosión, también altamente simbólica, del Vapor Cádiz dio paso a la legendaria historia de amor entre Adriano y la Bahía, El Puerto y Cádiz. El Adriano III, por cierto, cumple un cuarto de siglo, y según comentaba Pepe el del Vapor a quienes gustaban de su verbo discreto pero encantador, Paco Alba jamás pisó las tablas del Vapor. Pero compuso un himno intergeneracional que a nadie deja indiferente. "Mucha gente vive de nuestra imagen", señala Fernández a medio camino entre el orgullo y el agravio. "Lemas turísticos, llaveros, camisetas, canciones. Lo tomamos como un mito popular, una leyenda que ya pertenece a todos, y nos gusta pertenecer a la cultura de este pueblo, pero no somos cualquiera, necesitamos ayuda. El catamarán es la puntilla", pone el dedo en la llaga, y no se refiere a la Puntilla, playa portuense que saluda al Vapor a la vera de la Bahía, sino al descabello puro y duro. "Llevamos cuatro años moviéndonos, si no la liamos nos dejan de lado. Lo que necesitamos es seguridad, tranquilidad, un respaldo fijo que nos mantenga vivos aunque haya veinte catamaranes".
Fernández quiebra el mito, niega que varias familias vivan del Vapor. Es más, enfatiza que "el secreto del Vapor es que nunca vivimos del barco. No sabemos lo que es ganar dinero con el Vapor, pero nos encontramos hoy ante la encrucijada: vivir del turismo de paseos por la Bahía. La estrella es Cádiz, la gente viene a disfrutar de la zona pero la estrella es la luz de Cádiz, y ningún medio de transporte mejor que el Vapor para conocer Cádiz". Además de verdad. Los paseos de aquí a 2012, que contarán con la inestimable labor de un grupo de animación, pretenden precisamente mostrar al visitante, y al gaditano más curioso con sus cosas, los vericuetos de la mar de Cádiz a la luz del día. Serán paseos diurnos, entre las doce y las dos de la tarde, y el Vapor trazará líneas imaginarias con el pasado y el porvenir de la tierra, tocará cielo firme y atisbará personajes míticos, entre el muelle y la barriada de la Paz, entre las murallitas y la Alameda, a medio camino entre los baluartes de la libertad. "Todo dependerá de los vientos y la marea, claro, y en función del tiempo variaremos de periplo, pero será muy interesante, una cosa nueva", vaticina el gerente del Vapor, experto conocedor de las ondulaciones que produce el Poniente, mucho más pernicioso que el Levante aunque parezca lo contrario. Espuma blanca en la cresta de la ola. Diputación y Vapor estudiarán diversos recorridos posibles, a cubrir entre mayo y septiembre de aquí a 2012 y, si todo va bien, hasta los restos de los restos.
Dos lágrimas se le caen a Andrés Fernández, que habla tan clarito como la luz natural de la Bahía, cuando contrasta el olvido interno con el interés que muestran por el Vapor desde lugares tan distantes como Alemania, Méjico, Estados Unidos, Bélgica, Reino Unido o Argentina. Por internet, o a través de las televisiones de numerosos países, los propietarios del Vapor confirman la atracción que posee el barquito pinturero, y "aquí, en cambio, a veces ni nos escuchan. No hay indicadores en las calles que señalen el camino del Vapor, ni papeleras en la plaza de las Galeras portuense. Y en Cádiz hemos permanecido años sin punto de atraque fijo, ni respeto. Ya tenemos una edad, la edad del jubilado, para que nos traten con mayor cariño".
Los paseos nocturnos propiciados por el Ayuntamiento gaditano se escenificarán los viernes, dado el éxito de anteriores convocatorias, por lo que habrá Vapor de día y Vapor de noche, un Vapor histórico y un Vapor para el futuro inmediato. Un Vapor de todos.
Marzo 08, Crónicas Urbanas (Diario de Cádiz)
"Subvenciones no", matiza de primeras el gerente de la empresa que gestiona el Vapor, Andrés Fernández, miembro de la saga de gallegos que hace casi ochenta años emprendió la aventura de Adriano, la motonave que nunca fue a vapor pero que responderá siempre a la voz del Vapor, aligera que se va el Vapor. Cuidado con la cabeza. "Parece que las administraciones públicas se han dado cuenta de que una cosa son los servicios modernos y otros, los sistemas de comunicación tradicionales. El Vapor pertenece a las raíces de la Bahía y late en el corazón del turismo", certifica Fernández, que valora en su justa medida el apoyo mostrado por ambas instituciones a cambio de tan lindas prestaciones, pero remarca que "no son soluciones, tan sólo remiendos". Y aspira a lograr acuerdos de futuro como los barcos que en Galicia protagonizan el transporte fluvial turístico. No basta con declaraciones, pasodobles, ayuditas o parches. "Queremos consolidarnos en el turismo de paseo por la Bahía y soñamos con construir el Adriano IV".
Igualito que el Juan Sebastián Elcano, lo mismito que Iberia, el Vapor de El Puerto cumple ochenta años en este rincón de la Piel de Toro, aunque naciera en 1925 en el astillero de Mariños por mor de la audacia de un gallego emigrado a Cuba, Antonio Fernández. Navegó por la ría ferrolana hasta que fue reclamado por la Expo de Sevilla del 29. El primer Pepe el del Vapor se vino con toda la familia para cubrir el itinerario Sevilla-Sanlúcar, a través del Guadalquivir, y los Fernández se quedaron. La explosión, también altamente simbólica, del Vapor Cádiz dio paso a la legendaria historia de amor entre Adriano y la Bahía, El Puerto y Cádiz. El Adriano III, por cierto, cumple un cuarto de siglo, y según comentaba Pepe el del Vapor a quienes gustaban de su verbo discreto pero encantador, Paco Alba jamás pisó las tablas del Vapor. Pero compuso un himno intergeneracional que a nadie deja indiferente. "Mucha gente vive de nuestra imagen", señala Fernández a medio camino entre el orgullo y el agravio. "Lemas turísticos, llaveros, camisetas, canciones. Lo tomamos como un mito popular, una leyenda que ya pertenece a todos, y nos gusta pertenecer a la cultura de este pueblo, pero no somos cualquiera, necesitamos ayuda. El catamarán es la puntilla", pone el dedo en la llaga, y no se refiere a la Puntilla, playa portuense que saluda al Vapor a la vera de la Bahía, sino al descabello puro y duro. "Llevamos cuatro años moviéndonos, si no la liamos nos dejan de lado. Lo que necesitamos es seguridad, tranquilidad, un respaldo fijo que nos mantenga vivos aunque haya veinte catamaranes".
Fernández quiebra el mito, niega que varias familias vivan del Vapor. Es más, enfatiza que "el secreto del Vapor es que nunca vivimos del barco. No sabemos lo que es ganar dinero con el Vapor, pero nos encontramos hoy ante la encrucijada: vivir del turismo de paseos por la Bahía. La estrella es Cádiz, la gente viene a disfrutar de la zona pero la estrella es la luz de Cádiz, y ningún medio de transporte mejor que el Vapor para conocer Cádiz". Además de verdad. Los paseos de aquí a 2012, que contarán con la inestimable labor de un grupo de animación, pretenden precisamente mostrar al visitante, y al gaditano más curioso con sus cosas, los vericuetos de la mar de Cádiz a la luz del día. Serán paseos diurnos, entre las doce y las dos de la tarde, y el Vapor trazará líneas imaginarias con el pasado y el porvenir de la tierra, tocará cielo firme y atisbará personajes míticos, entre el muelle y la barriada de la Paz, entre las murallitas y la Alameda, a medio camino entre los baluartes de la libertad. "Todo dependerá de los vientos y la marea, claro, y en función del tiempo variaremos de periplo, pero será muy interesante, una cosa nueva", vaticina el gerente del Vapor, experto conocedor de las ondulaciones que produce el Poniente, mucho más pernicioso que el Levante aunque parezca lo contrario. Espuma blanca en la cresta de la ola. Diputación y Vapor estudiarán diversos recorridos posibles, a cubrir entre mayo y septiembre de aquí a 2012 y, si todo va bien, hasta los restos de los restos.
Dos lágrimas se le caen a Andrés Fernández, que habla tan clarito como la luz natural de la Bahía, cuando contrasta el olvido interno con el interés que muestran por el Vapor desde lugares tan distantes como Alemania, Méjico, Estados Unidos, Bélgica, Reino Unido o Argentina. Por internet, o a través de las televisiones de numerosos países, los propietarios del Vapor confirman la atracción que posee el barquito pinturero, y "aquí, en cambio, a veces ni nos escuchan. No hay indicadores en las calles que señalen el camino del Vapor, ni papeleras en la plaza de las Galeras portuense. Y en Cádiz hemos permanecido años sin punto de atraque fijo, ni respeto. Ya tenemos una edad, la edad del jubilado, para que nos traten con mayor cariño".
Los paseos nocturnos propiciados por el Ayuntamiento gaditano se escenificarán los viernes, dado el éxito de anteriores convocatorias, por lo que habrá Vapor de día y Vapor de noche, un Vapor histórico y un Vapor para el futuro inmediato. Un Vapor de todos.
Marzo 08, Crónicas Urbanas (Diario de Cádiz)
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