lunes, 24 de marzo de 2008

A una carta

Letizia gobierna ya desde el Diez Minutos. "Elija el mejor el peinado de Letizia". Sálvese quien pueda. Pasando las páginas del día, o quzá sea un periódico del otro día, llaman famoso a un prestigioso productor de jazz. "El más famoso del mundo". Hace años nadie decía que Miles Davis era un famoso trompetista. Era Miles Davis, simplemente. Hoy hay una baraja con ases de quita y pon, y números trucaos, y si la carta cae boca arriba, rollazo mediático, dichosa palabreja. Si cae boca abajo, a los leones. Otro día cambiarán las tornas. Hoy dan dos páginas a Britney Spears en un diario "serio", maldita sea, mientras acusan a los artistas de titiriteros y desprecian y deprecian sus obras y sus gestos. No vale recurrir al acomplejado tópico cañí, el oportunista lamento acerca de las cosas de "este país", mezclar al Chikilicuatre con la Belén Esteban para ilustrar la actualidad y medir la inteligencia de la gente de aquí. Como si los ingleses no tuviesen su ración de bazofia, son los inventores del fútbol y del amarillismo, o los yanquis no sufriesen a la citada morena arrepentida o a la misma Paris Hilton. Juré que nunca mencionaría a ambas adalides de la idiotez supina y ya ves, salieron sus cartas del tirón. Voy a barajar de nuevo.
Ya suena mejor. Bruce Springsteen anuncia su próxima visita para julio, coincidirá en España con Bob Dylan. ¡Grandioso! Highway 61 y Thunder Road, pa jugárselo todo a una carta.
El otro día vieron a Bob Dylan disfrazado de mujer, con peluca y faldas, dando un garbeo en bici por el balneario de Punta del Este, lindo rincón costero a 140 kilómetros de Montevideo, Uruguay. La relaciones públicas del hotel Conrad así lo confirmó a la prensa local. Semanas antes, en México, el juglar practicó boxeo en un conocido gimnasio sin ser reconocido. Dylan no es famoso.

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