
El toro de Osborne estampado en la guitarra, el viento rebelde, las gafas de Dylan en "Before the flood", un corazón loco que se dobla y se rompe, la banda en pleno rodaje, entrenamiento en público, casi dos horas repletas de sorpresas, división de opiniones, el universo de Calamaro alejado de convencionalismos. No fue un "un grandes éxitos". Lo mejor no salió en la tele, que interrumpió la retransmisión cuando Calamaro se adentraba en el tramo rocanrolero de la velada. La hinchada argentina cantó a pleno pulmón el extraño repertorio del cantante, que obvió piezas señeras y tiró por la calle en obras, en contraflecha. Calamaro estaba gracioso. Recuperó pasajes de sus célebres discos, desde "Elvis está vivo (en Jerez)", hasta la "Mujer mundial", que prologó con un guiño a Led Zeppelin. Se arrancó por surrealistas quejíos flamencos, alteró piezas incluso recitándolas desde el atril, mentó a Valentino Rossi en "Los aviones", excitó al personal con "Estadio Azteca" y se echó un cantecito stoniano con "El Salmón". Sin respiro, Calamaro y los suyos enchampelaron un rock trepidante, pero necesitaron de casi una hora para calentar motores. Hasta que bajaron al infierno un poco y tomaron las curvas con fiereza y audacia. Antes, Andrés se mostró algo errático y sin gancho, suerte que enganchó la ola buena y la cosa se enderezó. Un clásico después del clásico. Goleada al hastío. Crímenes perfectos, Días Distintos y la inédita "Cuatro jinetes". "Al final todo sigue igual, al final todo cambia un poco, tengo el cerebro frito, tengo el cerebro roto". Hubo gente que lloró con la postrera "Paloma", obra de arte en continua evolución, y se asombró merced a "Loco por ti", tema escrito por el gran Sergio Makaroff que grabó Calamaro en el 88. Jerez asistió a un concierto raro de Calamaro, que pasó de emularse a sí mismo.
Mientras pillaba la onda, en curiosa estructura basada en una hora de rodaje y tres cuartos de hora a toda leche, Calamaro se retorció ante su público, realizó arabescos, se puso flamenco, se cargó un par de temas con nocturnidad y alevosía, cambió de contintente mental sin apenas esfuerzo, practicó su particular lenguaje popular, arregló cuentas con el ruido reinante, y al final lo bordó. Voló en imperfecta comunión con el variopinto personal. Una voz entre miles.
Antes, Rebeca Jiménez luchó contra el desinterés general, con canciones intimistas en medio de la feria del decibelio, e Iván Ferreiro gustó a sus numerosos fieles recurriendo a su último disco, "Mentiroso mentiroso" y a algunos ecos de su primer trabajo en solitario, tras la separación de Los Piratas. El gallego, en cuya banda figura Pablo Novoa, el bajista de aquellos Golpes Bajos, también estaba gracioso. Y no digamos el publiquito motero y/o incondicional de los artistas en cartel. El fino y la manzanilla transparentan a las personas. Si Elvis está vivo en Jerez, como ironizó Calamaro, Lola Flores tiene un chalé en Filadelfia.
Mayo 09, Cultura, Diario de Cádiz
4 comentarios:
Alcina, perdona que me vaya un poco del tema... fijate que al final no dejaron a Silvio entrar en los USA
http://www.cancioneros.com/comentari.php?NM=460
Ya me sorprendia a mi que lo dejaran entrar.
Este concierto estuvo de PM. Fui con un amigo que es incondicional y se sabe todas las canciones. Y estaba siguiendo la letra. Y justo delante de nosotros había otro igual. Y me dice mi amigo: "Si se sabe esta canción, ese tío es un friki de Calamaro como yo". Y efectivamente, se la sabía. Luego fue cuestión de tiempo que empezaran a charlar.
Dentro de IFeca en Jerez había otro de Los Delinquentes y no se quien más.
Por cierto, ¿este concierto no coincidía con el de Cádiz donde aparecía la Mala? Si es así, el que puso las fechas de no estuvo muy fino, digo yo... Quedó eclipsado... Me da la impresión.
Hola Max, el concierto de Cádiz fue la noche anterior, y se llenó la plaza de San Antonio. De todos modos, ambos conciertos se solaparon y eclipsaron sin pretenderlo desde meses antes, cuando anunciaron a Calamaro en Cádiz con Sabina y Bunbury ... al final Jerez se llevó al argentino, igual que trajo a Dylan ...
también me gustó el concierto, pese a que me dejó cierto sabor agridulce. Me suele ocurrir con los grandes, y Calamaro lo es ... Hubo momentos inolvidables !!
uy, perdón, Ignacio, me lié creyendo que habías hablado en otro texto ... ya me parecía a mí que Silvio iba a dar el babetazo en América, lástima, pero al menos se habló de él y se abren puertas a la música cubana, las mismas puertas que le han dao por cierto en las narices a Silvio, pero bueno ... saludos
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