
Born to Run encumbró al artista con una extraordinaria colección de canciones; Darkness on the Edge of the Town le puso alma y corazón, amén de sombras y coraje; The River convirtió a Bruce en clásico; Nebraska lo devolvió a la tierra; Born in the Usa trazó una línea paralela entre el consumismo y la inspiracíón; Tunnel of Love lo lanzó de nuevo a la carretera; the Ghost of Tom Joad, Devils and Dust y The Rising retratan a su país, a su gente, en momentos personas y colectivos de alta tensión; Magic y Working on a dream marcan el antes y el después de una era política y social en el mundo. Sin olvidar los dos primeros discos, cuando Bruce aún no había perfilado su sello particular y realizaba sensacionales ejercicios de estilo: folk, rock, pop, soul, jazz, blues, country ... música profunda de América.
Springsteen actuó por vez primera en España en 1981, tres años antes que Dylan, en memorable concierto barcelonés, y desde entonces la ciudad condal venera al artista y viceversa. Lo trajo The River. Hubo que esperar hasta el 88 para vibrar con el Boss en Madrid, aunque algunos nos acercamos en autocar a Montpellier en el verano del 85, otra noche inolvidable. Pese a su irregularidad, y las ausencias de su banda, volvió en los noventa y ya en este siglo renovó su pasión celtibérica. Sólo ha cantado una vez en Andalucía, hace tres años en Granada, pero sin el apoyo de la Banda de la Calle E, uno de los grupos más poderosos de todos los tiempos.
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