Para la libertad, Joan Manuel Serrat. Si la libertad, como el amor, se conquista a diario, golpe a golpe y beso a beso, el cantautor catalán, que hoy actúa en la plaza de la Catedral de Cádiz, renueva cada noche su pasión por la poesía, que es la vida. A punto de concluir la grabación de un nuevo álbum en homenaje a Miguel Hernández, treinta y ocho años después de que pusiera música a los textos del poeta de Orihuela, Serrat llega a Cádiz embarcado en su gira más intimista y cercana, de la mano de su inseparable Ricard Miralles y con una colección de clásicos populares intergeneracionales que pertenece a todos. Como la poesía, como la alegría que el Nano defiende en boca de si querido Mario Benedetti, la alegría como trinchera, estandarte, certidumbre y atributo, frente a la ajada miseria, las anestesias, la melancolía, las lágrimas tibias, las buenas costumbres y la propia alegría, siempre en defensa propia.
Cuatro meses después de su simbólica intervención en el teatro de Las Cortes de San Fernando, a vueltas con la libertad, Serrat devolverá la música a la Catedral de Cádiz, donde su antecesor, Paco de Lucía, dejó una estela imborrable. De Algeciras a Estambul, del Mediterráneo al Atlántico, del 2010 de La Isla al 2010 consagrado al centenario del nacimiento del poeta Miguel Hernández. Del Doce ya hablaremos, y del Trece ni hablar.
"Hijo de la luz y de la sombra" se titulará el segundo disco que Serrat publicará en tributo a Hernández, tras el legendario trabajo del 72. Amparado en arreglos de Joan Albert Amargós, Serrat ofrecerá su particular visión acerca de trece poemas jamás musicados. Habrá disco y gira hispanoamericana, por supuesto. Letras, músicas y un documental especial sobre la figura de Hernández, cuya lectura a fondo ha deparado al legendario artista catalán grandes sorpresas, según ha declarado recientemente, para quien la obra de Hernández traspasa los muros del tiempo y viven el presente de forma conmovedora. El álbum se publicará a finales de noviembre y su estreno en público está previsto para el 23 de marzo próximo en Elche, con motivo del Bicentenario Hernández.
El Bicentenario de La Pepa juega a seguro con Serrat, el descubridor de poetas y conquistador de corazones. Con el triplete culé bajo el brazo, y un montón de proverbios chinos para ir tirando, Joan Manuel, que siempre ha hecho lo que le ha venido en gana, agota localidades allá donde pisan sus zapatos. No falla. Ni crisis, ni leches. Simplemente Serrat. Nunca es triste la verdad. El perito de tantos pálpitos, biólogo de la lógica humana, tornero fresador y sexador de pollos, amante profesional de lo vitivinícola con bodega propia, Serrat aparece por los escenarios de la Piel de Toro causando envidia entre el sector turístico, el cien por cien de ocupación, divertido y socarrón, charlatán y pinturero, gurú de la músicoterapia, al carajo la quimioterapia. Desde que le dio el jamacuco, cinco años atrás, Serrat no ha hecho más que pensar en la salud, la suya, la del mundo, la salud de la poesía diaria, y cada noche ofrece su particular "gracias a la vida", a pecho descubierto, desafiando las leyes de la gravedad de la industria discográfica, pasando un kilo y medio de las disputas autonómicas, el poder y la mezquindad. Serrat ya es de todos, y de nadie en particular.
Se cumplen cuarenta años de la primera gira americana de Serrat, y otros tantos de su célebre disco a Machado. Y hace veinticinco años desde que hiciera veinte años de los veinte años del poeta Serrat. Poeta de poetas, músico de cabecera de palabras rotundas y libres de Neruda, García Lorca, Galeano, García Montero, Alberti, León Felipe, Cernuda, los susodichos y otros muchos. Para la libertad. Miralles y Serrat, solos ante el peligro, un lujo para los sentidos.
Los más veteranos, entre su heterogénea afición, podran revivir esta noche, en diferente entorno, marco incomparable con más veras, los conciertos del Cortijo de los Rosales y las noches del Pemán. Los más jóvenes conocerán de primera mano a una figura indiscutible del arte accidental, el maestro que sigue poniendo voz a las luchas, los silencios, los sentires y las certeras dudas del mundo hispano, el hombre que conquistó su libertad en tiempos del rencor y que ahora la regala, envuelta en música de papel, a tantos necesitados. En días grises, donde todo parece blanco o negro, los clásicos de Serrat representan la tolerancia, la libertad y la música del alma. En permanente combate, esgrimiendo la poesía como arma cargada de porvenir. Para la libertad, Joan Manuel Serrat.
Julio 09, Verano, Diario de Cádiz
El poeta gaditano Luis García Gil analiza la obra de Serrat en su artículo "Una catedral de canciones". Ahí va el enlace http://www.diariodecadiz.es/article/cadiz/470423/una/catedral/canciones.html
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2 comentarios:
Yo, que ando cortito de la de Ubrique, intentaré escuchar algo del concierto en los alrededores.
No me acaba de parecer bien eso de hacer un concierto de pago en un lugar público. Pero a lo mejor es porque no tengo un chavo.
De todos modos... la gira de homenaje a Miguel Hernández intentaré no perdermela, que pinta bien.
Por cierto... muy bueno el texto sobre Miguel Rios... un tipo con muchas luces y sombras en lo artístico, pero aun así una referencia.
Espero que lo escuchases bien, Ignacio, cantó bajito pero con mucho gusto, ehin?
Por llevar un poco la contraria, difiero de la controversia sobre lo público y lo privado, es verdad que suena raro un concierto de pago en tal marco incomparable, pero como alternativa a la falta de espacios, lo veo bien. Y por seguir llevando la contraria, también es público el estadio Carranza y lo utiliza un club privado, jeje, y también son privadas las mesas que ponen las terrazas en la plaza, en realidad casi todo es privado. Por no hablar de las procesiones de semana santa, que cogen toa la calle con total impunidad, jeje. Lo suyo hubiese sido un concierto gratis de Serrat, claro, y menos pamplineo y finura gaditana, pero en este caso aplaudo la iniciativa, por tres días de ocupación de la plaza no pasa ná ... otros veranos ocupan las plazas las carpas de exposiciones raras de los bancos, esas que montan para desgravar impuestos, o la pista de patinaje, y no pasa ná. En Cádiz, en verdad, no pasa ná ... ya que citas el tema, Miguel Ríos en la Catedral tampoco hubiese desentonado, ehin? Veremos qué traen a los festivales gratuitos de la playa Victoria, me temo lo peor, lo fracasitos de OT y demás ... un abrazoooo
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