Con nuevo disco en directo bajo el brazo, y los horizontes musicales en permanente contagio de estilos y culturas, la Vargas Blues Band retorna a la sala Milwaukee de El Puerto de Santa María. Esta noche, la banda del legendario músico madrileño, hijo de emigrantes españoles a la Argentina, artista apátrida en el sentido más libre del término, despliega su heterogéneo y poderoso repertorio, acaso en uno de los mejores momentos de su carrera. El prestigioso guitarrista de blues, que a partir del año 91 supo encauzar su estilo y trayectoria cosechando éxitos a ambos lados del charco, se presenta en vivo como quien viaja a bordo de un crucero muisical. Y como el espectáculo siempre debe continuar, no cesa en su intento de captar nuevos admiradores en cada puerto. La Vargas Blues Band, oasis en el desierto rockero de este verano, cerrará la semana próxima los festivales de Pamplona, con motivo de los Sanfermines, y luego emprenderá gira por Europa, pero antes renovará su pasión por el rocanrol de la Bajamar portuense, allá donde se cruzan el Vaporcito y el Catamarán, como el rock, el blues y los ritmos flamencos.
Para afianzarse como maestro a la hora de hermanar géneros aparentemente remotos, y de ensamblar bandas con brillantez y eficacia, Javier Vargas ha tenido que tocar y que recibir muchos palos. Hoy se le conoce como uno de los máximos exponentes del blues hispano que se da la mano con los ritmos latinos, el flamenco, el country, el rock duro y demás derivados. Ayer tuvo que currárselo de aquella manera. Nacido en Madrid, marchó rápido a conocer mundo, por razones familiares o meramente artísticas, y retornó a la República Argentina, vivió en Venezuela y los Estados Unidos y retornó a Madrid a finales de los años setenta, con la maleta cargada de postales musicales americanas del sur, del Caribe y de Nashville o Los Ángeles. Ni que decir tiene que la rica cultura rockera argentina influyó lo suyo en la formación del joven Vargas. Nadie olvida que los argentinos inventaron el rock en castellano y lanzaron al mundo figuras rutilantes de la talla de Charly García, Luis Alberto Spinetta, Fito Páez, Andrés Calamaro y demás.
Un crucero abrió las puertas a Javier Vargas a su llegada a España. Allí aprendió los mejores trucos y se preparó para el contradictorio futuro. Treinta años atrás, otro guitarrista llegado de Buenos Aires, Salvador, reclutó a Javier para diversos proyectos, entre ellos su grupo Banana, en el que participaron de uno u otro modo músicos como Pedro Ruy Blas, Jorge Pardo o Pedro Talavera, a la sazón cantante de los gaditanos Simun. Vargas integró otras bandas como Cráter, Pasarela y RH+, donde tocaba Nacho Campillo, posteriormente líder de Tam Tam Go. Y ejerció de guitarra solista en la Orquesta Mondragón y la banda de Miguel Ríos. De hecho compuso varios temas para Miguel Ríos, "Un caballo llamado muerte", "Rockero de noche", "Nueva ola" o "El laberinto". Y salió de gira con varios espectáculos del rockero granadino en pleno apogeo previo y posterior al Rock & Ríos. Así que, visto lo visto, que no le vengan a Vargas con tonterías. A la postre, merced a la Vargas Blues Band, que no cesa de ampliar sus miras, Javier ha compartido honores, estudios de grabación y escenarios con relevantes figuras del rock mundial. La lista se antoja interminable. Trabajito le ha costado. El Puerto vuelve a su encuentro.
Julio 09, Verano, Diario de Cádiz
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3 comentarios:
Qué bien, me aportas muchos datos que no sabía de la Vargas Blues Band. Intentaré ir por todos los medios esta noche a verlos al Puerto, como dices están en un momento dulce de su carrera. Gracias a un amigo bloguero estoy "pre-escuchando" su último disco y me parece muy bueno, está recién salido -calentito cual pescaíto del freidor-, un directo con mucho "feeling". Necesito seguir escuchándolo para afinar mi opinión. Y si los veo en directo seguro que saco mejores conclusiones.
A ver si no me coge mucho tráfico en el Puerto esta noche y encuentro aparcamiento prontito (las ilusiones que no se pierdan).
Salud & Blues.
A mi me gustó mucho mucho su disco "Love, union, peace", en el que (entre otros) colaboró mi idolatrado Glenn Hughes.
Bueno... que lo disfruten los que puedan. Yo esta noche, si puedo, iré a ver a Alejo Martínez, que toca en el Pay Pay. No es rock, pero sí canela fina.
Saludossss
a la mañana siguiente, blues de las nubes de verano ... saludos a Juan e Ignacio, el concierto fue una fiesta ... ojalá que estuvieras allí, Juan, nosotros aparcamos por la parte de Cuenca, jeje. Gran banda, cantante de postín (negro, para más señas) y el Vargas, imponente.
Ese disco es glorioso, Ignacio, a mí me encantan varios álbumes rotundos de la Vargas, que anoche se dejó de pamplinas y optó por el rocanrol, blues eléctrico, música oscura y alegre ... miau !!
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