lunes, 27 de julio de 2009

Bruce Springsteen, llega el mensajero del rock & roll

Nacido para el rock & roll. El Boss inició anoche en Bilbao su nueva gira española, que mañana pasará por primera vez por Sevilla. A punto de cumplir los sesenta años, pero en buena forma física y creativa, Bruce Springsteen retorna a la senda de las juergas de tres horas de música en grandes estadios, y quizá sea la última vez que aparezca de tal guisa con la E Street Band, una de las bandas más poderosas de todos los tiempos. Veinte años después de su primera ruptura con el grupo, nadie hubiera dicho que el cantante de New Jersey y su grupo de cabecera iban a permanecer tanto tiempo unidos y en la carretera. Los altibajos sufridos por Bruce a lo largo de su carrera, en especial cuando faltaron sus músicos de toda la vida, invitan a pensar que Springsteen no es el mismo sin la Banda de la Calle E, y que en realidad forma parte de su leyenda. Hace muchos años de tantas cosas. Springsteen vuelve a parar el tiempo en seco. Ya no quiebra esquemas, como en los años setenta, ni goza del éxito discográfico de los ochenta, pero ha recobrado la inspiración con sus últimos álbumes y se muestra tan generoso como vehemente en sus encuentros con el público. El mensajero del rock & roll ha vuelto.
Springsteen recaló el viernes en San Sebastián, alojándose en el hotel María Cristina. Sus hijos hicieron surf en la playa. Bruce pensaba dormir casi toda la gira en Donostia, pero al parecer ha cambiado de planes y el martes aparecerá por Sevilla, con la fresquita, y dormirá en la capital hispalense. Nunca se sabe. Luego tocará en Benidorm, Valladolid y Santiago. El Boss pasa de Madrid y Barcelona en esta ocasión. Sus continuos cambios de repetorio convierten en impredecibles sus repertorios de cada noche. Lo seguro es que el propio artista chequeará el sonido y pondrá tanto esmero en la preparación de sus conciertos como perfeccionista se muestra en la elaboración de sus discos. Nada queda al azar, quizá sólo la emoción.
Bruce no usa drogas, nunca lo hizo, y corre diez kilómetros diarios. El binomio con el saxofonista Clarence Clemmons siempre se presentó como un ejemplo de tolerancia y de nexos de unión entre ambas razas, pero parte de su conservador público ha rechazado en ocasiones los devaneos de Bruce con la música negra. Otro sector de la hinchada, en cambio, paladea la combinación de ingredientes, los españoles desde el año 81, cuando Bruce y su banda tocaron por vez primera en Barcelona. Desde entonces, la ciudad condal y Springsteen comparten pasiones. El rockero sólo ha tocado hasta ahora una vez en Andalucía, en Granada en 2006, pero fue sin el apoyo de la E Street Band.
El último Springsteen, que se asoma el disco "Working on a dream", simbólico título que abre la nueva etapa liderada por Obama en los Usa, se revela más sincero y compacto que en otras ocasiones. El disco confiesa influencias del chaval que escuchaba música dispar en la radio y que decidió ser una estrella del rock cuando conoció a Elvis a través del Ed Sullivan Show: soul, ritmo y blues, la onda californiana, el rock de los setenta, el pop majestuoso y el folk se dan la mano en el subconsciente de Bruce. Para quien crea que surgió de la nada en los años setenta como un mero heredero de Bob Dylan, sepan que el Boss se estrenó a mediados de los sesenta, cuando aún funcionaba los Beatles, y que su pertenencia a varios grupos le condujo a liderar la revolución del rock americano tras patearse escenarios y figurar como telonero de gente como Roy Orbison, Black Sabath, los Eagles, los Allman Brothers o Bob Marley & The Wailers, que contaron con su participación en la primera gira yanqui del mito jamaicano. Hasta que John Hammond, el descubridor de Dylan, captó el mensaje y lo dio a conocer al mundo.
Hace casi 35 años que sonó Born to Run por primera vez en directo, y otros tantos del bautizo de Miami Van Zandt como guitarrista solista de Springsteen. Hace casi veinte años de la boda de Bruce con Patti Scialfa, con quien comparte tres hijos. Y un cuarto de siglo del éxito más sonado de Bruce, Born in the Usa, cuya letra fue tergiversada y machacada por la derecha estadounidense mientras el Boss se transformaba en emblema del rock, el gran predicador del grito de libertad que los blancos robaron a los negros para divertirse o flagelarse un rato. No fue casualidad, ni escapó del ojo clínico de Springsteen a la hora de elegir lo que puede gustar a su audiencia, que los Beatles reinventasen las canciones de humor variable. Springsteen aprendió mucho de los negros, pero pilló al vuelo la manera en que los Beatles empleaban músicas alegres para describir asuntos tristes o escribían textos optimistas sobre melodías oscuras. Por ello, sus conciertos invitan a bailar y a reflexionar, a liberar cuerpo y mente. No en vano, fue Springsteen quien acuñó la expresión por la cual Elvis liberó el cuerpo de los jóvenes y Dylan sus mentes. A estas alturas, el mensaje del rock & roll sigue vigente, pese a que los chavales andan hoy atrapados por el hip hop. Springsteen flirteó hace ya veinte años con el rap negro, blues hablado a ritmo de funky, pero sus más acérrimos seguidores no lo consintieron. Hay gente que no ha captado bien el mensaje.

Julio 09, Verano, Diario de Cádiz
Foto tomada del diariovasco.com, Bruce a su llegada a Donostia

2 comentarios:

Sito dijo...

Larga vida al parmañeto de Bruce.

Enrique Alcina Echeverría dijo...

larga vida, Sito, ya me gustaría estar a los sesenta tacos como el Bruce, y encima rocanroleando por el mundo ... sólo quedan horas pa verlo en Sevilla ;))