Aquí el que el no llora no gana. Eso parecen convenir quienes cantan coplas y cuentan votos, tó los años lo mismo. Los mákinas de Vera Luque vienen enchufaos este año. Si no fuera porque el indómito y nada convencional autor tiene acostumbrada a la afición a golpear duro con sus letras, a decir sus verdades caiga quien caiga, incluida su propia chirigota, diríase que este año llega quemao al concurso, tras tantos sinsabores, igualito que Luis Rivero, que no perdona ni la presentación y arremete del tirón. A veces suele resultar infalible observar la clasificación del año anterior para calibrar el grado de sensibilidad y mala leche de cada agrupación. Cajonazo, caña al mono. Éxito, vamos con pies de plomo. No es el caso. Los robots, la chirigota del futuro, los gachós que nos va a quitar de trabajar, si no lo hacen antes los padres de las crisis, endiñan la primera: tó los años lo mismo, muertos, enfermedades, cinismo, llanto, Falla, Viña, Palma, el tríangulo mágico del chovinismo, un toquecito sarcástico a la gestión infalible de doña Teo, un concurso programado, un teatro robotizado. Luego, antes de que se les acabe la batería, más quisiera el humano tener la memoria artificial de un artilugio como el eléctrico tipo de los ibm. "Qué nervioso se pone el muchacho del PP cuando le hablan de los muertos del ayer". Ay, señoritos fiscales, la rancia derecha, la iglesia cada día menos católica, mirando pa otro lado mientras la gente busca a su padre o hermano republicano, unos recibieron santa sepultura y otros fueron arrojados a la basura. "Hoy toca recordar". Y dar caña, y reírse de uno mismo, y silbar pa disimular, y liarse a babushazos, y partirse con el cuplé a Amy Westinghouse, cuyo moño tiene cuatro deos de mierda; el de arriba, claro, porque el moño de abajo debe cantar por bulerías y peteneras. Cortocircuito.
Reconcentraos, y con hechuras que tiran de espaldas, aparecen los intérpretes de Rivero, que ponen vestidos de limpio a sus compañeros (?) de modalidad, hay que ver cómo está la cosita en coros y comparsas. Los tíos cantan sus verdades, cada uno lleva su razón, aunque luego critican a Martínez Ares por arrojar por la borda a los demás congéneres de género carnavalesco en el ya célebre momento pirata del pregón del año pasado. Paradojas de la fiesta, tengamos la fiesta en paz. Los Rivero Boys denuncian que Martínez Ares no merecía tal distinción, luego la cagan en un cuplé borde, pero, más paradojas de la vida, bordan un pasodoble magnífico sobre la otra memoria histórica, la del olvido, la enfermedad del recuerdo imposible, una letra sensacional que el público premia con aplausos. La gente cada vez valora más las letras cercanas, sociales, humanas, que llegan al corazón y no a las vísceras. Y las musiquitas lindas como las de Romero Bey, un tipo con duende, como los duendes que hace año sacó a pasear entre el asombro general. Las letras con músicas lindas entran, músicas nuevas o viejas músicas, lo mismo da si el oyente las hace suyas.
Dos hombres y un destino femenino. Luis Ripoll y José Antonio Alvarado, la igualdad al poder, hombres para mujeres, tós por igual. La mujer, voz cantante. Comparsas de postín. Mención especial para la comparsa sevillana, trece rosas supervivientes, que emocionan al personal con letras de hombres sensibles. Pronto no hará falta el apéndice de comparsa femenina. Comparsa y ya está. Ripoll y Alvarado no escriben a ellas como si publicasen en el Telva, simplemente se ajustan al tipo, saben captar las intenciones y los sentires de las suyas. Qué arte los cuplés de ambas formaciones, cuplecitos verdes desde el lado femenino. Sin complejos. Carcajadas en el Falla a las aventuras de las comparsistas sevillanas "ajín con el sillín de la bijicleta".
Febrero 09, Carnaval, Diario de Cádiz
La foto es de Jesús Marín
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario